sin esperar respuesta- toma este trozo de pan que me sobró de ayer-
mientras el perro lo comía le dijo- ya lo siento pero he de dejarte, no
soy buen dueño para ti- el mendigo se levantó y dejó al perro en el
portal. De fondo se escuchaban los sollozos del cachorrito, y el
mendigo lo miró directamente hacia sus tristes ojos- anda ven.
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